Rosa Montero

Rosa Montero

La entrevistada, Rosa Montero, ha recordado en más de una ocasión que la literatura es un palimpsesto. La entrevistadora cree que el periodismo también lo es y, por eso mismo, se pregunta cómo comenzar la conversación con la periodista. Podría ser precisamente así, hablándole de la admiración con que leía sus entrevistas, pero viene de revisar la que le hizo en 1977 a Yves Montand y allí se desaconseja la coba al entrevistado en los primeros minutos del encuentro: puede viciar el tono de la charla. Por otra parte, Rosa Montero maliciaría que el halago es una triquiñuela mentirosa, al fin y al cabo, ella mentía a Montand al decirle que había estado enamoradísima de él durante la adolescencia, de igual manera que su generación, definitivamente seducida por el mito, por el héroe de izquierdas que encarnó. Cuando, bien avanzada la entrevista, la entrevistadora se atreve por fin a confesar el recuerdo, Rosa Montero lo agradece, pero con escasa convicción. Es como si el eco de aquella admiración no consiguiera rozarla : no se siente adulada. Y se entiende que sea así por lo que ha venido explicando: lo suyo ha sido escapar de los imperativos y expectativas que los demás, en aquellos primeros años de éxito, proyectaron sobre alguien que llevaba su nombre pero que no era ella. […]
La ridícula idea de no volver a verte es el título de tu nuevo libro. Por lo que avanzabas hace algunos días en un artículo en Babelia, ¿ cabe esperar alguna semejanza entre esta nueva obra y La loca de la casa, algo así como un híbrido de géneros con elementos autobiográficos ?
– Dentro de mi bibliografía, a lo que más se parece el nuevo libro es a Loca de la casa, sí. Pero no es exactamente… Es un libro que ha tenido un nacimiento sorprendente. Llevaba un año y pico trabajando en una novela, tomando notas, desarrollándola. La tengo entera en la cabeza, en cuadernitos y en papeles. Me senté y empecé a escribir. Escribí tres capítulos y, a principios de diciembre de 2011, me bloqueé. No me lo quise ni decir. Ya estuve bloqueada en una ocasión, durante cuatro años, que fueron los peores de mi vida. Sientes que no sientes la vida. La vida la sientes a través de la escritura, de ese runrún creativo en la cabeza. Así que no me lo quise decir, porque lo que no mencionas es como si no existiera.

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Foto : Wikimedia Commons.